Sobre El Parnasillo

Uno de los géneros literarios probablemente más ignorados y maltratados por la crítica es el de los aforismos. Y sin embargo, ¿a quién no le gusta leer una sentencia breve e ingeniosa? Eso mismo es lo que significa aforismo: frase breve y compendiosa con que se pretende sentar cátedra y, por regla general, de carácter cáustico y moralizante.
En este espacio daré cabida a algunas de las sentencias que de manera inopinada llaman a la puerta de mi imaginación, extraños e impetuosos huéspedes que solicitan posada tanto en días claros y soleados como en noches oscuras y lóbregas. Siempre que puedo las anoto, pero en ocasiones se pierden por no tener a mi disposición ningún medio para registrarlas. Es por ello que se me ocurrió la idea de volcar estas máximas peregrinas en un apartado de El Parnasillo creado ad hoc.
No existe una temática específica para estas parénesis. Pueden versar sobre cualquier asunto cotidiano sobre el que merezca la pena detenerse a reflexionar. Con ellas pretendo aportar un poco de lucidez a la vida, sin olvidarme del factor estético. Un cáliz brilla más cuando está recubierto de una pátina dorada. La razón de ser de esta miscelánea es honrar al ingenio y seguir las huellas de tantos y tantos autores que han hecho de él su principal herramienta. Una buena representación de estos aforismos puede leerse en la cita aleatoria que sale ut supra al cargarse la página.
Como no podía ser menos, el título lo he tomado prestado de una eximia obra de Baltasar Gracián: ‘Agudeza y arte de ingenio’.
Óscar Bartolomé