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Críticas cinematográficas y análisis fílmicos
Cartel de 'Hero', de Zhang Yimou.

Hero (2002), una película de Zhang Yimou

La otrora gran industria cinematográfica de Hollywood no puede a día de hoy ocultar su adocenada producción y creatividad, y, aunque algunas muy dignas e incluso maravillosas excepciones cruzan el Atlántico ocasionalmente, lo cierto es que la época dorada del cine americano parece cada vez más distante. Actualmente, el testigo de principal centro creativo de películas parece irse aproximando a Oriente. No en vano, la moda de cine oriental no se antoja como algo pasajero, sino como un proceso de exportación de cultura asiática hacia la mentalidad occidental.

En 1950, la película ‘Rashomon’ del japonés Akira Kurosawa sorprendió a propios y extraños en el festival de Venecia. Aquella película, llegada de un paraje tan exótico como el país del sol naciente, causó auténtica sensación, consiguiendo con ello que las puertas del cine oriental se abrieran de par en par para el resto del mundo. Zhang Yimou da órdenes durante el rodaje.La curiosidad que supone la cinematografía oriental más viene dada por la fascinación, la belleza y el misterio que inspira una cultura tan desconocida, pues el espectador de Occidente no puede entender muchas veces el contexto o la forma de actuar de los personajes. Todo ello se contrarresta con las hermosas imágenes que se nos muestran, quedando algunos enigmas del argumento en segundo plano. Además, poco a poco el público va interesándose por la cultura oriental, y términos como geisha, el código bushido de los samuráis, el ikebana, el origami, etc, se están convirtiendo en universalmente conocidos.

Desde esa famosa narración de Kurosawa muchos han sido los nombres de películas y cineastas asiáticos que se han hecho un sitio dentro de la historia del cine: Mizoguchi, Ozu, ‘Los siete samuráis’, Bruce Lee, ‘El imperio de los sentidos’, Ang Lee, Wong Kar-wai, Takeshi Kitano, o por qué no incluir a la cinta manga ‘Akira’ (que podría pasar por ser la Biblia de los otakus) han ido poblando las pantallas de forma progresiva hasta llegar al dulce momento actual.

Dentro del prestigioso grupo de directores orientales en activo el chino Zhang Yimou se presenta como uno de los más interesantes. Un buen ejemplo de ello es su película ‘Hero’ (2002), basada en una leyenda sobre la creación y unificación de China, Jet Li es Sin Nombre en 'Hero'.y la cual puede verse como una entretenidísima cinta de aventuras con luchas a espada y una romántica historia de amor a tres bandas (es decir, lo que Hollywood hacía a las mil maravillas en sus gloriosos tiempos).

A partir de una “leyenda” popular y basándose en un guión original del propio director, que mezcla la magia y la fantasía, se nos ofrece una bellísima película de acción y romance, capaz de traspasar la frontera de su país para deslumbrar y conectar con el público foráneo.

La historia nos sitúa en el nacimiento de China como nación. En aquellos tiempos el enorme país asiático no existía como tal, siendo su vasto territorio ocupado por siete reinos: Qin, Han, Zhao, Yan, Wei, Chu y Qi. El primero de ellos, Qin, situado al noroeste del país y con Xianyang, a orillas del río Amarillo, como capital, estaba gobernado por el rey Qin Shi Huang, quien, valiéndose de su potente ejército (moldeado después en terracota para descansar en Xian, siendo uno de los más famosos hallazgos arqueológicos), comenzó una expansión territorial que terminó con la conquista de los otros seis reinos. El gobierno quedó centralizado, a la vez que se unificaron aspectos como la lengua o la moneda. A su vez, Huang, también fue el responsable de la construcción de la célebre Gran Muralla China, que situada al norte del país intentaba evitar las hostilidades de los pueblos bárbaros.

La narración se nos presenta como una leyenda sobre un suceso acontecido al aludido emperador. Según parece, Huang vive recluido en su palacio, ante el temor que tiene a tres peligrosos guerreros, Espada Rota, Nieve y Cielo, cuyas intenciones son asesinarle para reinstaurar el antiguo orden. Huang ofrece una cuantiosa recompensa para quien sea capaz de vencer a esos asesinos en potencia, y así todos los cazadores de fortuna se afanan por conseguir el sustancioso botín. La belleza plástica salta a la vista en fotogramas como éste.Un día, un extraño guerrero, Sin Nombre, se presenta en el palacio con las armas de los enemigos del rey, y asegura haber vencido a los tres en combate. A partir de ahí surgen varias versiones sobre lo ocurrido que conforman un original argumento.

Si antes hemos hecho referencia a ‘Rashomon’, hay que volver a hacerlo, pues la estructura narrativa de ‘Hero’ bebe directamente de la película de Kurosawa. Como muchos sabrán, ‘Rashomon’ narra una historia (concretamente el ataque de un salteador de caminos a un matrimonio) desde varias teorías. Y eso es precisamente lo que hace ‘Hero’. Conocer qué narración es verdadera o falsa no se hará hasta el final del filme, por cierto bastante sorprendente para aquellos a quienes les gustan los giros de narración inesperados.

Y aunque se nos cuenta una leyenda lejana geográficamente hablando, la podemos emparentar con nuestros mitos más clásicos. Aunque desde una perspectiva distinta, no se nos habla de otra cosa sino de sacrificio, gallardía, amor, ... y situaciones que, al margen del contexto, bien pueden emparentarse con la mitología griega. Así, como su propio título anuncia, ‘Hero’ nos habla del concepto de héroe, de hasta dónde puede llegar un guerrero para cumplir su misión. Lejos del sanguinario y casi invencible Aquiles, los protagonistas de este film muestran más sensibilidad, compasión y nobleza en la lucha, sin el carácter abyecto que Homero atribuía al guerrero de los pies veloces. Siendo más paralelos a otros personajes como al estratega espartano Leónidas, los guerreros de ‘Hero’ demostrarán su valentía con su inmolación.

La separación entre bien y mal no es maniquea, sino ambigua y difusa. Como en la mayoría de relatos mitológicos, los personajes no están marcados en buenos y malos, acentuándolo el hecho de que durante el metraje no sabemos si lo que vemos es cierto o pura invención. Por su parte, el emperador no es presentado, ni mucho menos, como un protervo regente, a la vez que los consejeros de éste aparecen como la representación física de la conciencia, teniendo algún momento en que resultan cómicas sus repetitivas indicaciones. Por otro lado, el ejército de Huang se nos vende como invencible, aunque a la hora de entrar en combate se muestran casi tan torpes como los soldados de asalto de ‘La Guerra de las Galaxias’.

Las estupendas y coreografiadas peleas a espada ya fueron perfectamente aprovechadas por el genial director taiwanés Ang Lee en ‘Tigre y Dragón’ (2001). La relación entre el arte de la escritura y el arte de la espada, así como el misticismo de las armas, son elementos que aparecen en ambas películas. Cada versión está contada con un color diferente.Si bien ‘Tigre y Dragón’ marcó el camino (la mejor prueba de ello es el enorme éxito que cosechó en Estados Unidos, con numerosas nominaciones a los Oscar incluidas), personalmente creo que ‘Hero’ le supera en calidad, especialmente en cuanto a la belleza de las imágenes se refiere, que, no me canso de repetir, provocan que el espectador esté continuamente deslumbrado por luz, colorido y movimientos.

Justamente estas escenas de lucha han sido las más atacadas y denostadas por algunos, que argumentan sus críticas en la falta de veracidad y realismo que tienen. Y efectivamente, yo no me creo que un heroico guerrero chino diese vueltas en el aire y blandiese su espada a una vertiginosa velocidad capaz de rasgar un montón de cortinas en pocos segundos, como tampoco creo que en la isla de Creta hubiese un monstruo con cabeza de toro encerrado en medio de un laberinto. Algunos sólo parecen aceptar la óptica roselliniana como la correcta a la hora de hacer cine, cuando las narraciones no tienen que ser necesariamente verídicas, sino un espectáculo que consiga parecerlo, al tiempo que dejan sitio a la imaginación y los sueños (tal vez tenga algo que ver con esa moda de anunciar películas a bombo y platillo con el eslogan: “Basada en hechos reales”).

También se la ha acusado de preciosista, de contar con un ritmo lento, y de resultar empalagosa. Lo cierto es que es una película de apenas hora y media, y que contiene numerosas escenas de acción. Achacarle falta de ritmo sólo puede deberse a que una parte del público está acostumbrada a el cine de acción americano (aunque en las encuestas se diga lo contrario). Maggie Cheung encarna a Nieve.Los que acusan a ‘Hero’ de un ritmo excesivamente pausado deberían comprobar lo que es alargar una historia con, por ejemplo, ‘Historia del último crisantemo’ (1939) de Kenji Mizoguchi.

En cuanto a lo de preciosista, no creo que sea un defecto, pues, en mi opinión, la belleza plástica, la hermosa fotografía, y la excepcional dirección, son cualidades a alabar en una película. Personalmente me parece una tontería que las películas deban ser necesariamente austeras para ser elogiadas (esto lo relaciono con las nuevas modas como el dogma y a una mala interpretación del llamado “cine independiente”).

Además la estética juega un papel no sólo decorativo, sino también simbolista, ya que Zhang Yimou tiñe cada una de las versiones de la historia de un color distinto.

Así, el rojo refleja la historia más pasional, en un relato que mucho tiene que ver con ‘Otelo’ de Shakespeare, pues Sin Nombre ejerce de Yago sembrando los celos y la cizaña entre los enamorados Espada Rota y Nieve.

El azul, simboliza la mentira, la frialdad, la tristeza y el sacrificio. Como hemos dicho antes, esta versión analiza la capacidad de un héroe a la hora de convertirse en el kamikaze que da su vida por el bien común.

El blanco, la pureza del alma y la paz. En ella salen a relucir los mejores sentimientos de alguno de los protagonistas, que empieza a plantearse si la violencia será el resultado para lograr su objetivo.

Por último, el verde refleja un pasado que tiene ilusión y esperanza. En una corta escena de flash-back vemos la situación que años atrás llevó a los protagonistas a su actual estado.

Entre las secuencias más hermosas del film destacaré algunas. Por ejemplo, me parece sublime una de las de la “versión en rojo”. La pelea de Nieve y Luna en el bosque otoñal impresiona por su belleza.Cuando Nieve y Luna luchan en un bosque en pleno otoño, sus saltos y giros hacen que las hojas vuelen por los aires creando un mare mágnum foliáceo caótico, pero a la par bello y armonioso. Y apoteósico es el final de la contienda, cuando Luna es mortalmente herida y una gota de sangre va resbalando por el acero de la espada para finalmente caer sobre las hojas. El director nos sitúa desde el punto de vista de la moribunda, y contemplamos cómo todo el bosque se tiñe de rojo, al tiempo que Luna se desploma. Pura delicia visual que parece salida de dibujos animados. Podría decirse que la sombra del anime subyace en cada escena de acción, y particularmente me viene a la cabeza alguna serie que seguí en mi adolescencia, como ‘Los Caballeros del Zodíaco’.

Otra escena muy interesante es la lluvia de flechas lanzadas por el ejército de Huang. Semejante, pero a la vez tan distinta de una de las escenas finales de ‘Trono de sangre’(1957) -el ‘Macbeth’ made by Kurosawa-, esta escena simboliza el choque entre guerra y barbarie frente a la cultura, la paz y el sosiego.

También mucho juego dan las enormes sábanas con su color correspondiente. Por ejemplo, la sábana roja sirve para ocultar la relación carnal entre Espada Rota y Luna. Las formas y las ondulaciones de la tela sugieren, Tony Leung y Zhang Ziyi son dos de los actores principales.de una forma bastante erótica, los movimientos de ambos amantes mientras consuman el adulterio. Por su parte, las cortinas verdes envolverán al emperador Huang y a Espada Rota en otra de las espectaculares luchas.

Conviene detenerse a la hora de analizar el reparto, ya que son nombres que gozan de gran popularidad entre los entendidos, y van haciéndose un hueco importante entre el mero aficionado.

El protagonista de la cinta es Jet-Li (Sin Nombre), experto en cine de artes marciales, y que ha colaborado en famosos títulos de acción norteamericanos. Entre ellos se podrían mencionar ‘Romeo debe morir’ (2000) o la flojísima ‘Arma Letal 4’(1998). Él será el primer narrador y quien nos introduzca de lleno en el tinglado.

Muy acertada es la inclusión de Tony Leung y Maggie Cheung como la pareja de novios del film (Espada Rota y Nieve). Ambos ya alcanzaron un gran éxito con su romance en la muy elogiada ‘In the mood for love’ (Deseando amar) de Wong Kar-wai. La relación de ambos hace rememorar este film a los iniciados en el cine asiático. En ‘Hero’ ambos vivirán un romance con celos, despecho, sacrificio, y amor después de la muerte.

Mención aparte merece la beldad de Zhang Ziyi (Luna), quien se ha convertido en todo un icono sexual para Oriente, y gran parte de Occidente. Esta adorable chinita ya trabajó con Zhang Yimou, en lo que precisamente supuso el debut de la actriz en el cine, la magistral ‘El camino a casa’(1999), un hermosísimo romance, enmarcado en la China comunista, entre una joven campesina y un maestro de escuela (volviendo a la mitología griega se le podría encontrar antecedente en el amor de Clitia hacia Apolo). La hermosa Zhang Ziyi es la sucesora de Gong Li.En ‘Hero’ se alabaron mucho entre sus compañeros de rodaje las buenas maneras que mostró a la hora de practicar las artes marciales, seguramente valiéndose de las habilidades físicas heredadas de su formación en ballet y danza. Ziyi también apareció en la mencionada ‘Tigre y Dragón’, papel que valió su consagración, y últimamente casi todos los films orientales de renombre la reclaman, sabiendo que se presenta como un seguro para la taquilla. Las últimas noticias sobre ella llegan a partir de la polémica creada en su país debido a su participación con el rol principal de ‘Memorias de una geisha’, de Rob Marshall.

Hablando de la música volvemos a machacar con ‘Tigre y Dragón’, pues las dos películas comparten compositor. Tan Dun fue el encargado del acompañamiento musical, y tal vez peque un poco de repetitivo, pues la música de ambos films es tan similar que resulta difícil distinguir cuál es una y cuál la otra. De todas formas, la banda sonora no desmerece el conjunto de la película, a diferencia del para mí insoportable gagaku (música tradicional japonesa) que es un duro lastre para las películas épicas niponas.

‘Hero’ es uno de los títulos orientales más a tener en cuenta en los últimos tiempos. Aunque sea un sacrilegio diré que, en mi opinión, supera al ‘Rashomon’ de Kurosawa. Si bien la película japonesa tiene más solera e historia, al tiempo que fue pionera y original en su planteamiento, el film de Yimou gana en estética, en agilidad narrativa y en otros pequeños detalles (por ejemplo, Zhang Ziyi me parece bastante más atractiva que Machiko Kyo). El género de aventuras orientales es una buena forma de ganarse al espectador occidental, cada vez más atraído por ese ya no tan lejano mundo. Todos los nombres ya mencionados, y muchos más, hacen que esta cinematografía no sea una promesa, sino una firme realidad. Ver una “película de chinos” ya no es propio de gente rara, ni miembros del club de ajedrez, sino que cada vez va siendo más aceptado por el gran público. Incluso puede que dentro de unos años los de la “industria nacional”, para justificar su mediocridad, dejen de tener a Hollywood como centro de sus críticas y se ceben entonces con las maravillas que nos llegan de Oriente.

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