True Detective (serie): crítica, opiniones y reparto con Matthew McConaughey y Woody Harrelson
Una de las series revelación en lo que llevamos de año ha sido ‘True Detective’. Esto no es una sorpresa, o sólo lo es parcialmente. Tener el sello de la HBO suele ser una garantía de calidad, y en los adelantos que pudimos ir viendo en forma de teasers o tráilers ya prometía bastante. La pareja protagonista, interpretada con convicción por los actores Woody Harrelson y un renacido Matthew McConaughey, también nos hacía esperar lo mejor, aunque quizás el resultado haya sobrepasado, con todo, las expectativas iniciales (y eso que, en mi opinión, la serie empezó prometiendo más de lo que finalmente acabaría dándonos, pues no deja de desentonarme ese desenlace tan optimista).
La forma en que ha sido concebida ‘True Detective’ es bastante singular. Se trata de una miniserie de tan sólo ocho capítulos cuyos protagonistas irán cambiando en cada temporada, así que, a pesar del buen trabajo de Harrelson y, sobre todo, del galardonado McConaughey, todos nos preguntamos qué actores intervendrán en la –aún no confirmada, pero damos por hecho que muy pronto se confirmará– segunda temporada. Ya se han disparado los rumores, y después del éxito obtenido a todos los niveles, suena con fuerza el nombre de Brad Pitt. No sería un mal fichaje, desde luego, para una serie que aspira a grandes cotas artísticas, aunque tampoco lo serían Michael Fassbender, Idris Elba o Viggo Mortensen, por citar unos cuantos nombres que se me ocurren así a bote pronto.
Otro hecho inusual en ‘True Detective’ es que el creador y guionista y el director son siempre los mismos en todos los capítulos. Nic Pizzolatto y Cary Joji Fukunaga han hecho un tándem tan estupendo como sus personajes. Los diálogos y el complejo perfil psicológico de la pareja protagonista, Rust Cohle y Martin Hart, tan dispares entre sí, pero al mismo tiempo tan compenetrados, son realmente destacables. Hay una evidente confrontación entre ellos, empezando por sus creencias ideológicas (uno es cristiano y el otro ateo, escéptico y nihilista) y siguiendo por sus escarceos amorosos, pero al final es más lo que les une que lo que les separa: la honestidad en el ejercicio de su profesión y la restitución de la justicia. Y claro, mención aparte merece la inmensa interpretación de McConaughey como el meticuloso, obsesivo e insomne detective Rust Cohle, cuya visión del mundo, tan filosófica, decadente y pesimista como un opúsculo de Schopenhauer, da lugar a pasajes muy reflexivos sobre la condición humana y a diálogos antológicos y ontológicos.
Creo que la conciencia humana fue un trágico paso en falso de la evolución. Nos volvimos demasiado conscientes de nosotros mismos, la naturaleza creó un aspecto separado de ella, somos criaturas que no deberíamos existir de acuerdo a la ley natural. Somos cosas que funcionan bajo la ilusión de tener un ser propio, una acumulación de experiencias sensoriales y sentimientos, programada para asegurarnos que somos alguien, cuando en realidad nadie es nadie. Quizás lo más honorable que podríamos hacer como especie es negar esa programación, dejar de reproducirnos, caminar de la mano hacia nuestra propia extinción, una última noche, hermanos y hermanas, excluyéndonos voluntariamente de un contrato injusto”, Rust Cohle.
Su caracterización también ayuda mucho a crear este personaje tan oscuro, hermético e introspectivo, como ese hieratismo presente en cada uno de sus gestos que bien podría denotar un síndrome de Asperger (algo que de un tiempo a esta parte se ha popularizado mucho en las series, hasta llegar al arquetipo por excelencia que es Sheldon Cooper) o la libreta donde anota y dibuja todo lo que ve (sus compañeros le apodan sarcásticamente “el recaudador”); eso, por lo que se refiere al Rust Cohle del pasado, mientras que el del presente luce un aspecto más desastrado y rayano en la locura que, como es lógico, hace sospechar a los agentes que le entrevistan/interrogan de su posible implicación en los crímenes que investigó (el montaje alterno con las entrevistas a Marty y Rust es todo un acierto desde el punto de vista narrativo).
Por otra parte, si hay algo por lo que será recordada esta primera temporada de ‘True Detective’ es por el famoso plano secuencia de seis minutos de duración del cuarto capítulo, algo difícil de ver en la pequeña pantalla tanto por su complejidad como por la dificultad de ajustarse a un plan de rodaje, aunque, según confiesa Fukunaga, sólo tuvieron que repetirlo tres veces. Este plano secuencia recuerda a otros como el de ‘Hijos de los hombres’, filmado por el conspicuo director de fotografía Emmanuel Lubezki.
Por proximidad temática, y también porque comparten creador, Nic Pizzolatto, el referente más cercano a ‘True Detective’ lo encontramos en la excelente y a menudo infravalorada ‘The Killing’, de la que, tristemente, no creo que vayamos a ver más temporadas, pero que siempre recordaremos por darnos una pareja de detectives inolvidable como Sarah Linden y Stephen Holder.
Quizá lo más sorprendente de ‘True Detective’ es que toda la investigación sobre los sacrificios rituales de Dora Lange y Marie Fontenot (tan sospechosamente parecidos al de Garret Jacob Hobbs en ‘Hannibal’) se revela como la excusa para introducirnos en la cosmogonía lovecraftiana, y para ello, las visiones de Rust (que, debido al abuso de drogas, sufre una extraña sinestesia), como la bandada de pájaros en la Iglesia abandonada en los pantanos de Louisiana que forma una figura en espiral o ese portal a otra dimensión que ve antes de su fatal encuentro con Errol Childress, el hombre de las cicatrices en la cara, y donde cree sentir la presencia de su difunta hija, ayudan a crear esa atmósfera mezcla entre realidad y fantasía onírica. De hecho, toda la historia sobre el Rey Amarillo, el monstruo del espagueti y la ciudad de Carcosa está sacada de una novela de relatos de terror del escritor Robert William Chambers titulada ‘The King in Yellow’, que serviría de inspiración para ‘Los mitos de Cthulhu’ de Lovecraft y otros relatos del mismo género de ilustres autores como Arthur Machen y Ambrose Bierce. En resumen, en el trasfondo de ‘True Detective’ cohabitan los seres interdimensionales de Lovecraft, sus Dioses Primigenios y Arquetípicos, con las teorías nihilistas de Nietzsche sobre el eterno retorno de lo idéntico en un cóctel de lo más heterogéneo, pero a pesar de beber de este brebaje fantástico, la serie nunca pierde pie en la realidad.
Man is the cruelest animal", Friedrich Nietzsche
Como toda buena serie que se precie, no podía faltar una buena cabecera, y en este sentido, los títulos de crédito iniciales de ‘True Detective’ son magistrales, tanto por el montaje (con esas imágenes introducidas en las siluetas de los personajes) como por el tema musical titulado ‘Far From Any Road’, de The Handsome Family.
Far From Any Road
Tags: True Detective, Nic Pizzolatto, Cary Joji Fukunaga, Matthew McConaughey, Woody Harrelson, Rust Cohle, Martin Hart, Lovecraft, Robert William Chambers, The Yellow King, Carcosa, Friedrich Nietzsche.
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Óscar Bartolomé