Sobre El Parnasillo

Del videoclip al cine: viaje con retornoDesde que en 1975 Queen presentara el vídeo de ‘Bohemian Rhapsody’, considerado por muchos como el primer videoclip de la historia –aunque para otros ese honor recae en ‘Video Killed The Radio Star’, de The Buggles–, y en los años 80 se popularizara MTV, el primer canal de vídeos musicales, han sido muchos los artistas que han conjugado su imaginación con su talento para buscar el perfecto maridaje entre música y vídeo. Seleccionar diez videoclips de entre el inmenso océano de posibilidades es una ímproba tarea que implica tener que dejar fuera de la lista piezas que bien merecerían figurar, pero toda selección es parcial y está sometida a los gustos de quien la crea. Vaya eso en mi descargo. En esta lista he querido incluir videoclips de la más diversa condición, desde los más narrativos a los más conceptuales, desde los que narran una historia con la música a los que hacen de la música una historia, desde los elaborados con efectos artesanales a los creados con los efectos especiales más sofisticados, pero todos ellos con un denominador común: la fusión del vídeo y de la música en una búsqueda de nuevas formas de expresión. Hay algunas mistificaciones en torno al videoclip que conviene erradicar. Se tiende a pensar, por inercia, que los creadores de videoclips se limitan a este formato y que no valen para hacer cine –algo que no se piensa en la misma medida del cortometraje, cuya naturaleza tanto se aproxima, empero, a la del videoclip–, y que cuando dan el salto a la gran pantalla ineluctablemente se estrellan contra el suelo; o que los pocos afortunados que sobreviven al brutal impacto no osan hacer el viaje de vuelta por desdén hacia el que fuera su hogar. Ejemplos que desdicen esta teoría hay muchos, pero baste señalar el de la pareja formada por Jonathan Dayton y Valerie Faris, autores del excelente videoclip ‘Tonight, tonight’, de The Smashing Pumpkins, así como de la triunfadora película ‘Pequeña Miss Sunshine’, cuya austeridad de medios pone en tela de juicio eso que se ha dado en llamar estética videoclipera. También existe la falsa
creencia de que el videoclip es un espacio estanco que
no debería guardar ningún parentesco con
el cine, y que de guardarlo, sería para desdoro
de éste. Como colofón a esta sesión de videoclips hablaré de ‘La ciencia del sueño’, la última película de Michel Gondry estrenada en nuestro país en espera de ‘Be Kind Rewind’. Gondry, principal adalid del mestizaje entre videoclip y cine, es un claro exponente de cómo el cine se alimenta del videoclip y viceversa, como prueba el sketch de la mano gigante visto en ‘Everlong’, de Foo Fighters, o el oso de peluche de ‘Human Behavior’, de Björk. Este visionario de la imagen nacido en Versalles, que se dio a conocer mundialmente gracias a sus colaboraciones con la histriónica cantante islandesa, dirigió en 2001 su ópera prima, ‘Human Nature’, pero no fue hasta tres años después que consiguió el reconocimiento que se merecía gracias a ‘Eternal sunshine of the spotless mind’, con guión del prestigioso Charlie Kaufman. ‘La ciencia del sueño’ es un despliegue de imaginación donde la excentricidad –una excentricidad de marcado acento infantil– no da tregua al espectador, y donde Gondry se permite rendir un homenaje al padre del cine fantástico, el gran Georges Méliès, al que tanto deben él y otros realizadores que han hecho de la fantasía y de los sueños su reserva natural. La finalidad de este artículo es, en resumen, demostrar que el videoclip, tan denostado por unos como reivindicado por otros, también puede devenir en arte, ni más ni menos que el cine, con el que está hermanado. Asimismo, ha llegado la hora de desterrar de una vez por todas de nuestro vocabulario la peyorativa expresión estética videoclipera. 10 mejores videoclips para El Parnasillo
Y de regalo, un videoclip más de Michel Gondry:
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Óscar Bartolomé